Autor(es): ISABEL QUIÑONEZ
Resumen: La literatura popular es un tema que se relaciona cpn las tres tendencias o fuerzas que, según John Van Engen,l han afectado la historiografía en general desde la Segunda Guerra Mundial: 1) el estudio histórico se ha vuelto más particularizado y localizado; 2) ha habido un entusiasmo amplio hacia las interpretaciones sociológicas de los fenómenos historicos y, 3) en la historiografía reciente se ha dado un cambio dramático “hacia abajo” (lo que para la vida religiosa medieval ha significado, por ejemplo, el estudio de reliquias, cultos de santos, peregrinaciones, milagros, el purgatorio y asuntos similares). Estos énfasis pueden servir como emblemas de un hecho visible en los géneros historiográficos social e intelectual: de lo sociológico que apunta a generalizaciones vastas basándose en movimientos estadísticos el camino ha proseguido hacia lo antropológico, estudio que se aplica a casos individuales con sus símbolos y significados. La antropología simbólica es mentora actual para quienes han recurrido a la cultura (en tanto ésta incluye actitudes compartidas -valores, significados que se expresan -se encarnan, son simbolizados- por objetos y “eventos” -cantos y rituales, toda clase de pláticas o relatos, son sólo algunos de tales eventos-) para calibrar los sucesos y sus cambios. Los practicantes de la historia cultural han tenido otros encuentros y reencuentros: la lingüística, la etnología, el folklore, la iconografía y la iconología, la teoría literaria, el orbe -como lo llama Peter Burke- de los excluidos, los dominados, los grupos y clases subordinados a quienes los interesados rehusaron llamar “las masas”. A principios de los setenta, afirma Burke, decidieron estudiar no sólo su nivel de vida sino su cultura también. Dos conceptos problemáticos: cultura y popular han llevado a una panorámica, esto es al enfoque halístico, lo que no ha significado abandonar el rigor ni la exigencia empírica.