La ciudad de México bajo el lente de un fotógrafo aficionado

Autor(es): Francisco G. Hermosillo

Resumen: La portada y las fotografías que ilustran este número fueron tomadas entre 1936 y 1941 por Jesús González Hermosillo y Saucedo (Saltillo, Coah. 1879-Cd. de México 1942). González Hermosillo destacó en el movimiento revolucionario al fundar y encabezar el club antireeleccionista “Benito Juárez” del estado de Coahuila, que, junto con los otros clubes políticos del país que se pronunciaron en contra de la dictadura porfirista, apoyó en la convención del Tívoli de la ciudad de México a Francisco I. Madero como candidato a la presidencia de la república. Don Jesús fungió como diputado al XXII Congreso coahuilense, representando al distrito de Viesca de esa entidad. El gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, mandó llamar a González Hermosillo -por intermedio de uno de sus asistentes militares, el capitán de rurales Miguel Acosta para convocar de inmediato a la legislatura estatal con el objeto de acordar una respuesta al telegrama de Victoriano Huerta donde notificaba las “renuncias” de Madero y Pino Suárez a la presidencia y vicepresidencia del país respectivamente y de su pretendido nombramiento por el Congreso Nacional como jefe del Poder Ejecutivo. La asamblea coahuilense expidió el19 de febrero de 1913 el decreto de desconocimiento del general usurpador y su oposición al cuartelazo huertista. El 30 de agosto de 1913, González Hermosillo, junto con el general Lucio Blanco, comandante de las fuerzas constitucionalistas de los estados de Nuevo León y Tamaulipas, y otros jefes revolucionarios (Mújica, Juan Barragán, Heriberto Jara, etc.), fIrmó en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, el acta relativa al reparto de las tierra de la Hacienda de Los Borregos en favor de campesinos desposeídos, 10 cual se ha considerado como uno de los primeros actos de justicia agraria de la revolución mexicana. Ya bajo la presidencia de Carranza, González Hermosillo desempeñó, entre otros, el cargo de director de la Casa de Moneda. Su actividad política, en tanto encargado de las fmanzas del movimiento carrancista, lo obligó a trasladarse por varias regiones del país realizando recorridos que impulsarían en él una gran sensibilidad por los paisajes, las ciudades coloniales, los espacios de recreación, la tauromaquia, sin dejar de considerar su gusto por la contemplación de los ángulos tradicionales de la ciudad de México y los contrastes que en ella iba operando la modernidad. Gracias a su afición fotográfica, González Hermosillo legó una colección de transparencias en vidrio, conservadas actualmente por su descendencia familiar, en la que captó varios aspectos de la sociedad mexicana, tanto rural como urbana, durante las postrimerías del régimen cardenista. Las que ahora reproducimos son algunas de ellas, que especialmente se refieren a la ciudad de México.

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