La Asamblea municipal de la ciudad de México durante la ocupación norteamericana

Autor(es): Esteban Sánchez de Tagle

Resumen: Es 1848, en plena ocupación norteameriCana. Es el presidente de la república, don Manuel de la Peña y Peña desde Querétaro, informando del escándalo que provocan los devaneos de la ciudad de México con las fuerzas de ocupación: “En la capital, donde flamea el pabellón americano, se maquina traidoramente contra la nacionalidad del país. Allí algunos mexicanos a quienes la posteridad llenará de execración, se disputan el poder, usurpan la autoridad municipal, se apoderan de los escasos recursos de la desdichada ciudad, y buscan apoyo para sus crímenes en la fuerza del invasor”. Y efectivamente la historia los ha llenado de execración. El representante de aquellos mexicanos, Francisco Suárez Iriarte, pasó a la posteridad -o por lo menos al diccionario histórico Porrúa-acusado de traición; y la actuación del gobierno de la ciudad de México durante la ocupación norteamericana de 1847 y 1848, sigue siendo un tema que causa sonrojo. De tal manera que mientras algunos historiadores evitan dar cuenta de estos asuntos por ser contradictorios con el curso de los acontecimientos de Querétaro, otros los han descrito minuciosamente, pero escamoteando una explicación que, aparentemente, sólo puede ser la d~l afán de anexión, la de la traición; y hasta ha habido quien venga en auxilio de los acusados con la peregrina excusa del desorden político de aquellos años. Existe una alternativa a este dilema. Considerar en el largo plazo el proceso histórico de la ciudad de México nos ofrece -pienso una perspectiva privilegiada desde la cual podemos abordar aquellos sucesos tan interesantes sin tener que vernos obligados a tomar partido en la acusación ignominiosa que plantearon los contemporáneos.

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