Entre lo público y lo privado: el llanto en el cine mexicano de los años cuarenta

Autor(es): Julia Tuñón

Resumen: Es clara la enorme fuerza que encie:rra el cinematógrafo. Abre un abanico que baildea entre binomios: la luminosidad de la pantalla con la oscuridad de la sala, el sonido (música, diálogos y efectos) con el silencio, lo público con lo secreto. Un momento clave de la experiencia durante los años cuarenta es cuando se apagan las luces y, con el telón, se abre otro mundo posible. Muchas personas se acomodan para ver y oír lo mismo, aparentemente se hacen masa, y, sin embargo, los individuos se recogen en su ser más íntimo para leer, cada quien desde su propia ópdca, el mensaje dizque idéntico pero cuajado de las múltiples posibles lecturas que cada filme contiene. Al apagarse las luces y bajar todos el volumen de la voz, despidiéndonos de quienes están cerca, nos concentramos para recibir ese texto onírico de la pantalla, ese que se acomoda en el sueño secreto de cada quien y nos sitúa en el mundo de la emoción. Así, al apagarse las luces se funde ese otro aparente binomio de lo más público con lo más privado. U na nota de 1944 dice que: “el público, en cuanto masa colectiva o muchedumbre de espectadores, adquiere una psicología especial que hace que se comporte como un niño grande”.

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