La CIA y Castillo Armas en Guatemala, 1954: nuevos indicios para una antigua interrogante

Autor(es): Frederick W. Marks, III

Resumen: Pocos episodios en la historia de la administración de Eisenhower han generado mayor controversia o han atraído una artillería más intensa de parte de los cronistas académicos del pasado que la intervención estadounidense en Guatemala. El secretario de Estado, John Foster Dulles, dijo que “la fuerza militar no debería emplearse agresivamente para conseguir metas nacionales”. Sin embargo, durante su periodo en Foggy Bottom, los aviones y los asesores estadounidenses ayudaron a asegurar el derrocamiento de un presidente electo popularmente, Jacobo Árbenz Guzmán. Árbenz, por su parte, exigíaque se viera a la política estadounidense como la mano del gato de la avaricia de las corporaciones y atribuyó gran parte de los problemas de supaís a la United Fruit Company (UFC), a la vez que sostenía que el comunismo no significaba amenaza alguna para su pueblo y que la ayuda estadounidense al dirigente rebelde Carlos Castillo Armas constituía una injustificable intervención en los asuntos internos de otro país. En esencia, Árbenz sostenía que el movimiento revolucionario que lo derrocó había sido “Hecho en Estados Unidos” por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y que era inocuo el respaldo de las masas guatemaltecas a ese movimiento.

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