Los pueblos a escena

Autor(es): Esteban Sánchez de Tagle

Resumen: reseña del libro “Juan Ortiz Escamilla, Guerra y gobierno. Los pueblos y la independencia de México, Colegio de México / Instituto Moral Universidad Internacional de Andalucía-Universidad de Sevilla (Colección Nueva América, 1), 1997, 256 pp.”
Por cuanto al ejército se refiere, la mayor novedad de las reformas borbónicas -además del ejército mismo- fue quizá la inicial pretensión peninsular de eludir a los poderosos americanos, a los criollos, para crear una fuerza militar profesional con que ejercer directamente el poder. Lacorona española tuvo después que aceptar, a finales del siglo XVIII, su incapacidad para consolidar una fuerza militar profesional en sus colonias. Tuvo que pactar con los poderes locales para que éstos asumieran la defensa colonial frente a la amenaza externa a cambio del poder del ejército. Continuidad de la tradicional forma del ejercicio del gobierno imperial: el reconocimiento monárquico del poder local y la consecuente concesión de los instrumentos políticos; intercambio de lealtad por legitimidad. Y el consecuente doloroso reconocimiento, por parte de la corona, de que, como dice W. Taylor, gobernaba sin gobernar.

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