Autor(es): Jesús Guzmán Urióstegui
Resumen: Durante la época prehispánica el actual territorio guerrerense era considerado rico en recursos necesarios para la vida cotidiana y suntuaria de diversos pueblos, a juzgar por el interés —sobre todo de teotihuacanos, primero, y de mexicas y tarascos después—, de mantenerlo bajo su control y extraer mediante el comercio y el tributo productos como la jadeíta, la sal, el cacao, la miel, una arenilla para colorear llamada tlalcozahuitl, y pieles, entre otros. Para el momento previo a la llegada de los españoles, sus pobladores —refieren las crónicas— eran trabajadores de buen trato y granjería, aunque sumamente belicosos en la defensa de su tierra. Por ende, ni los mismos mexicas lograron establecer provincias tributarias uniformes, quedando amplias zonas independientes como la de los yopes, que si bien se resistían al dominio no por ello dejaban de participar en las celebraciones ceremoniales de Tenochtitlan.