Lázaro Cárdenas y la fuerza de trabajo: tres huelgas en 1936

Autor(es): Jane Walter

Resumen: Las reformas en México durante el periodo de Cárdenas (1934-40) fueron cruciales para el rescate de la legitimidad del sistema de gobierno, para el fortalecimiento de la recuperación económica y social posterior a la depresión, y para la creación de una estructura a salvo de la presión de las masas, lo que finalmente propició una creciente industrialización e inversión extranjera a partir de 1940. Sin embargo, Lázaro Cárdenas no estuvo abiertamente ligado a los sectores capitalistas nacionales y extranjeros en su intento de reorientar y fortalecer al estado, el cual, en un país periférico (dependiente) se define, según Nora Hamilton, como compuesto, por el aparato de gobierno (la burocracia civil y militar) y por aquéllos que controlan formalmente dicho aparato (el gobierno), más que definirse en los justos términos de una clase dominante y un modo de producción como en los países capitalistas. La actitud nacionalista y a favor de los obreros y de los campesinos de Cárdenas, pareció chocar de frente con los sectores económicos dominantes, aislando la influencia de éstos sobre el estado. El fuerte poder ejecutivo y los objetivos revolucionarios plasmados en la Constitución de 1917, así como también el aumento en la centralización del poder del estado consumado en los años veintes, facilitaron los esfuerzos de Cárdenas. Más aún, antes de su elección, elementos reformistas al interior del estado y grupos agrarios y obreros empezaban a movilizarse en su contra debido al desaliento provocado por el retraso en la reforma agraria y por las condiciones impuestas por la depresión. Esto ocurría en una época en la que los intereses económicos dominantes se habían visto debilitados por la crisis económica internacional.

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