LA CONSTRUCCIÓN DE LA ITALIANIDAD ENTRE LAS DOS GUERRAS. OCHO ENCUENTROS CON LA HISTORIA DE ITALIA

El Seminario Permanente Antonello Gerbi
a través de la Dirección de Estudios Históricos del INAH
y el Instituto Italiano de Cultura

presenta el curso

La construcción de la italianidad entre las dos guerras.
Ocho encuentros con la historia de Italia

Inauguración
viernes 18 de junio de 2010, 17:30 horas
Dr. Gianni Vinciguerra
Aggregato Culturale

Coordinadores
Dra. Lara Semboloni (Colmex),
Prof. Carlos San Juan Vitoria (INAH)
Ed. Paloma Zubieta (UNAM)
Con la colaboración de
Dr. Franco Savarino (ENAH);
Prof. Diego Balboni (IIC).

PROGRAMACIÓN

Los temas divididos en ocho encuentros:

1er ENCUENTRO: La crisis del gobierno liberal y la respuesta social

2° ENCUENTRO: El malestar social y sus efectos

3er ENCUENTRO: El primer Mussolini

4° ENCUENTRO: La sociedad italiana y la Primera Guerra Mundial

5° ENCUENTRO: El nacimiento de la conciencia de masa

6° ENCUENTRO: La sociedad italiana y la modernización

7° ENCUENTRO: El Estado italiano bajo el régimen fascista

8° ENCUENTRO: El balance de la sociedad italiana a la llegada de la Segunda Guerra Mundial

Las clases se impartirán en la Biblioteca “Gaspara Stampa” del Instituto Italiano de Cultura, los viernes a las 17:30 horas y serán de una duración de 2:30 horas. Imparte el Curso Lara Semboloni, coadyuvada por Paloma Zubieta en el uso de las imágenes. Participaran: el Dr. Diego Balboni especialista en la historia del Cinema italiano, que ofrecerá una análisis del discurso de la imágenes en la época histórica en cuestión. El Prof. Carlos San Juan académico del Instituto Nacional de Antropología e Historia comentará los temas insertándolos en un análisis comparativo de la época contemporánea Mexicana.

OBJETIVO:

A través de los eventos de los inicios del siglo XX, entender la construcción de una parte de la identidad italiana fincada en los valores y principios de los ganadores mediante la revisión de la época del gran conflicto civil: desde el consenso generalizado de la sociedad hasta el repudio hacia la ideología fascista. Finalmente se quiere crear un dialogo y debate con los participantes al fin de mostrar como el hacer historia permite crear metodologías diferentes y identificar variables nuevas en respuesta al reto que nos pone el siglo XXI.

MATERIAL:

Dispense en formato Power Point asignadas al final de cada encuentro.

Al final del seminario se extenderá una constancia de participación del Instituto Italiano di Cultura en México.

PREMISAS DEL CURSO:

Hablar de la Historia de Italia y de la creación de la identidad italiana en la época contemporánea conlleva, directamente, a identificar aquellos elementos que se desencadenaron por la situación nacional y la internacional. La época histórica en que se tuvo la “formación” o, más bien, el reconocimientos de la identidad nacional italiana es una de las más complejas que puedan existir y fue el origen de una serie de contradicciones existentes sobre lo que es la italianidad. Este curso aborda el análisis del origen del ser italiano a través de temas históricos que ven, en primer lugar, el fenómeno del fascismo como eje histórico. Finalmente, se puede afirmar y todos los historiadores de la época en análisis están de acuerdo que la conciencia de masa nace en Italia con el fascismo que logra definir un consenso extenso dentro de una sociedad fragmentada, tanto en lo político, como en lo social y lo económico, es decir, por primera vez se puede hablar de italiano mas allá de los regionalismos. Se ha elegido como corte temporal la época entre las dos guerras mundiales, considerado que es ahí cuando se define una sociedad italiana que tiene una misma directriz, aunque no se puede omitir que en la historia la larga duración es la que asienta y define fenómenos, mientras que las rupturas permiten identificar las problemáticas contra los elementos de continuidad del ser histórico.

El curso se desarrolla a partir de temas que resaltan las características que, según mi manera de ver, permiten formarse una idea de lo que son las variables definitorias en el fenómeno histórico del fascismo y la formación de una sociedad italiana. Italia, más allá de su unidad y definición geográfica clara, ha tenido en el curso de la historia diferentes formas de dominación pero, finalmente, a nivel local se han mantenido identidades claras y esto ha permitido que en el 1848 -1861 se formara un Estado Italiano (monárquico), visto como la conquista de la monarquía de Savoia o la anexión de los territorios; finalmente, el resultado fue el territorio de la Península Itálica que llega a ser estado-nación.

Una vez conformado el Estado-nación Italia, el propósito era definir y constituir una identidad nacional, y esto se formó justo en la época del fascismo. Y es aquí donde se encuentra la importancia de analizar las cuestiones culturales, sociales, económicas y políticas de Italia entre las dos Guerras.

Durante el curso, se hará un pequeño resumen de la importancia de la I Guerra Mundial, dado que fueron justamente sus causas y resultados los que desataron mecanismos que llevaron a los “italianos” a buscar, responder y actuar de una manera que desembocó en el fenómeno fascista.

Aunque este no pretenda ser un curso sobre el fascismo, lo llega a ser y, por ende, esbozaremos los temas más importantes que resaltan en la época:

· Explicar el fascismo sólo con los ejes de los elementos exógenos y visibles de la sociedad italiana no permite entender los efectos que este tuvo en lo que se intenta definir como “identidad italiana”, pero posibilita el identificar el contexto histórico de una sociedad en formación. Los tres ejes — el sentimiento de una “victoria mutilada”, la fragilidad de los sistemas político y económico italianos y la actividad de grupos revolucionarios de izquierda— fueron graves consecuencias de la guerra.

· El 15 de noviembre de 1918 terminó la Gran Guerra para Italia. Se había entrado en ella sin el consentimiento parlamentario, oponiéndose a la opinión pública mayoritaria no intervencionista y con una clara falta de preparación militar. Tras perder alrededor de 600,000 hombres y con una deuda exterior de más de veinte millones de liras-oro, los logros de la paz fueron una decepción para las aspiraciones italianas. La gran deuda exterior desencadenó una creciente inflación que proletarizó a la pequeña y mediana burguesía, e hizo perder mucho poder adquisitivo de los salarios del obrero industrial. Este sector se vio muy afectado, lo que unido a la desmotivación del ejército, generó un paulatino aumento de desempleo.

· El espectro político está configurado por los partidos gubernamentales (liberal, moderado, radical), gobernantes de 1919 a 1922. En 1921, el ala izquierda de los socialistas dio origen al Partido Comunista, dirigido por Gramsci, Tasca y Togliatti, e integrados en la III ª Internacional, propugnaban la “conquista violenta del poder por parte de todos los trabajadores”. Ante el desorden político que experimentaba Italia, los comunistas intentaron que se estableciera un sistema similar al de Rusia y debido a que el gobierno no tenía la capacidad de controlar las huelgas organizadas por estos, aprovecharon la oportunidad abierta y lista. El estado del país era tan malo que favoreció que se creara, en 1919, un partido nacionalista, llamado “Fascista”.

· La nueva agrupación estaba integrada por antiguos combatientes, algunos socialistas y anarquistas. Su programa radical trataba de captar el favor de los trabajadores: jornada de ochos horas, participación obrera en la dirección empresarial, política de pensiones, escuela laica y gratuita, reforma fiscal, expropiación de bienes a la Iglesia , etc. No consiguieron el apoyo esperado y su participación en las elecciones de 1919 fue un fracaso. Los grandes triunfadores fueron los partidos Socialista y Popular. Una coalición de todo el Parlamento, con la exclusión de los socialistas, gobernó bajo las presidencias de Nitti y Giolitti. Su fragmentación, que facilitaba la parálisis y el dejar hacer, fue el origen de la irresolución de los numerosos problemas presentados.

· La estructura laboral italiana mantenía al 50% de la población activa en el sector agrario, pero la tierra estaba muy irregularmente repartida, sobre todo en el sur. En junio de 1919 comenzaron las ocupaciones de fincas en el valle del Po, extendiéndose por toda Italia. Por su parte, los obreros industriales decidieron hacer realidad las predicadas apropiaciones de los medios de producción y ante los cierres masivos empresariales, respondieron mediante huelgas, toma de fábricas y asalto de almacenes; Milán y Florencia fueron los escenarios más destacados de estas revueltas. Pero tales hechos no respondían a un plan revolucionario, por lo que las protestas se fueron extinguiendo por sí mismas, sin intervención del gobierno, fuera de la legalidad de algunas fincas ocupadas.

· Sin embargo, las burguesías urbana y terrateniente se sintieron inquietas por la inhibición del gobierno ante los conflictos abiertos y el programa social anunciado: aumento de impuestos sobre la propiedad, semana laboral de 48 horas… Los propietarios comenzaron a contratar grupos armados. El partido fascista se vio así subvencionado por la alta burguesía, apoyado moralmente por buena parte de la pequeña burguesía, y utilizado por los mismos liberales para combatir la extensión del socialismo.

· La violencia fascista se impuso sobre toda Italia. Su uso era la aplicación de una lógica que no pretendía convencer al contrario sino eliminarlo mediante cualquier método. Mussolini dispuso, desde el verano de 1920, de militares en la reserva a sueldo del estado para organizar y preparar expediciones punitivas. Además de las pérdidas económicas y el terror desatado entre la población, los fascistas cobraron la vida de millares de personas en fusilamientos semipúblicos sin que la policía interviniera ni la justicia investigara cualquier tipo de responsabilidad. La anuencia del poder hizo que los sectores más desesperados vieran en su triunfo una posibilidad: durante la fundación de los sindicatos fascistas en 1921, acudieron prioritariamente desempleados que integraron las fuerzas de choque para romper las huelgas convocadas por sindicatos de izquierda. De ese modo, el movimiento creció espectacularmente y dos años después, ascendía a más de 300,000 personas.

· Las elecciones de mayo de 1921 debilitaron el centro político y fortalecieron las posiciones extremistas; pero los fascistas sólo alcanzaron 35 escaños, al fallar por segunda vez la consecución del poder por medios democráticos. Aunque la efectividad de los gobiernos sucesivos se fue debilitando, la balanza comercial, el aumento del turismo y la moderación sindical hacían descender el conflicto social, lo que a la vez volvía más prescindible la actividad fascista. Por ello, se planeó la ocupación de la capital para el 27 y 28 de octubre de 1922. El ejército regular podía haber desbaratado la Marcha sobre Roma, pero al presentar el gobierno un decreto de estado de sitio, el rey no lo firmó. En su lugar, el 22 de octubre, Vittorio Emmanuel III llamó a Mussolini para ofrecerle la formación de gobierno.

· Tomado el poder de hecho, la cúpula fascista quiso ostentarlo por derecho. Las elecciones celebradas en abril de 1924 otorgaron la mayoría absoluta al gobierno. Pero la voz de la Cámara de Diputados era demasiado incómoda. Giacomo Matteotti, líder socialista, fue raptado y asesinado. Como es natural, gran parte de la oposición anunció su abandono del parlamento mientras que desde las direcciones de los partidos se daban las explicaciones más increíbles. Asediado y puesta en peligro la continuidad del gobierno, Mussolini asumió “la responsabilidad” de todo lo ocurrido, comenzando a partir de entonces la subida del régimen: se persiguió a la prensa de la oposición encarcelando a los periodistas acusadores y el nuevo secretario general del partido, Farinacci, instauró un reinado de terror con la complicidad del Ministro de Justicia, Rocco.

· El período comprendido entre enero de 1925 y las elecciones plebiscitarias de 1929 constituye la primera etapa del totalitarismo fascismo. El 3 de enero de 1925 se proclamó oficialmente el Estado Fascista. Para velar su cumplimiento se creó una policía política, la OVRA , y un tribunal de excepción. La base fundamental de la ideología fascista pasó a ser la subordinación de cualquier libertad, razón o derecho individual a la primacía del Estado que, a su vez, estaba personificado en su guía o caudillo. Esto hizo que Mussolini fuera acaparando, paulatinamente, todo el poder y los órganos del partido se fueron identificando con los del Estado.

· La política económica fue abandonando el inicial liberalismo económico para hacerse cada vez más intervencionista. Uno de los objetivos fue la consecución de la autarquía. Las relaciones con la Iglesia mejoraron considerablemente sobre todo tras la firma de los Pactos de Letrán en 1929, por los que la Iglesia reconocía definitivamente al Estado italiano y Mussolini daba el beneplácito para la fundación del Stato Cittá del Vaticano. Entre los intelectuales, la implantación del régimen fascista contó con simpatías. Los ciudadanos italianos aceptaron el régimen de Mussolini con diversas actitudes que iban desde la pasividad hasta el entusiasmo; la pérdida de libertad y la arbitraria represión fueron menos importantes que el creciente bienestar económico, la quietud pública y el exacerbado nacionalismo de una política exterior henchida de orgullo.

· Los años treinta supusieron la definitiva “fascistización” de Italia pero, al mismo tiempo, la pérdida de una capacidad de dirección de la ultraderecha internacional en favor del nazismo alemán, al que se acabó siguiendo de un modo servil. Con más ardor y entusiasmo que preparación, Italia se vio arrastrada por el fascismo durante la entrada en la II ª Guerra Mundial. Los sucesivos fracasos militares en Yugoslavia, Grecia y el norte de África pusieron en jaque a un régimen herido de muerte con la invasión de Sicilia. El Gran Consejo destituyó a Mussolini el 23 de julio de 1943. Ya con soldados aliados en la Península , en septiembre de ese mismo año, las tropas alemanas liberaron a Mussolini y el 1º de diciembre fue proclamada la República Social Italiana. El régimen de los Seiscientos días de Saló fue sustentado por el ejército alemán y desencadenó una guerra civil. Tras capitular, Mussolini trató de huir pero fue capturado y juzgado sumariamente y como consecuencia, fue ejecutado el 28 de abril de 1945.

· La desaparición de Mussolini no acabó con el fascismo; su influencia desde los años veinte a los cuarenta fue extensa por toda Europa y América Latina. Aún desde posiciones extraparlamentarias y clandestinas, el fascismo permaneció latente tras su derrota en la II ª Guerra Mundial. En los años setenta numerosos grupos “filofascistas” operaron, generalmente, desde actuaciones terroristas mientras que en los años ochenta el fascismo resurgió bajo una serie de denominaciones, entre las cuales se encuentra el Movimiento Social Italiano, que no excluye su participación parlamentaria.

MATERIAL AUDIO VISUAL:

En este curso se usaran algunas imágenes y videos del Instituto Luce.

El Instituto LUCE ( La Unión Cinematográfica Educativa)[1] nació oficialmente como ente paraestatal el 5 de noviembre de 1925, con la calificación de “organismo técnico cinematográfico de cada uno de los ministerios y entidades puestos bajo el control y la autoridad del Estado”. Había sido fundado el año anterior como sociedad anónima con el nombre de Sindacato Istruzione Cinematográfica por el periodista Luciano de Feo y de inmediato obtuvo el pleno apoyo de Mussolini, quien había entendido perfectamente el potencial educativo y propagandístico. El LUCE se articulaba en “cinematecas”, cada una de las cuales estaba especializada en un sector controlado por un ministerio: fue particularmente activa la cinemateca agrícola, que desempeñó un papel fundamental en la campaña de “ruralización” de 1927. En 1926, la proyección de documentales producidos por el LUCE pasa a ser obligatoria por ley en todas las salas y en junio de 1927, dio inicio la programación del Cinegiornale LUCE, que se convirtió en la niña de los ojos del Istituto —El Cinegiornale LUCE no tuvo ninguna competencia hasta 1938, año en que apareció el noticiario INCOM; en realidad, los dos concurrentes competían en supina adhesión a las directivas del régimen— y en el principal instrumento de la transformación de Mussolini en superstar, como lo ha definido Mino Argentieri:

Así como los héroes de las antiguas comedias cambiaban de un oficio a otro, el Duce fue presentado en toda una variedad de versiones: presidente del Consejo de ministros, en los campos de Romaña, con la familia, a caballo en el parque de Villa Torlonia, trillador, deportista, nadador, piloto, orador, automovilista y motociclista.

Intervento del Dr. Diego Balboni acerca del discurso de la imágenes del los Cinegiornale Luce.

Biblioteca «Gaspara Stampa»
Instituto Italiano de Cultura
Francisco Sosa 77, Coyoacán
55440044

El curso tiene acceso libre, previo registro
Cupo limitado

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